Si no priorizas tu vida, alguien lo hará por ti. El problema es que si no priorizas lo que quieres hacer con tu tiempo, alguien más tendrá algo que hacer con él antes de tiempo, y tal vez no te guste.
Priorizar es la capacidad de saber qué hacer y tener disciplina para centrarse solo en eso –¿Sientes que no tienes suficiente tiempo en el día? ¿Quizá tengas tantas tareas por hacer que te preguntas si algún día serás capaz de llevarlas a cabo? ¿Te abruma y te estresa la falta de equilibro entre el tiempo que tienes y tu lista de tareas pendientes?
¿Gastas tiempo en tareas que realmente no son importantes? ¿O en cosas que sabes que no lo son pero que aún así trabajas en ellas?
Cuando no eres responsable de cómo inviertes tu tiempo y tu esfuerzo, el resultado final será un falso progreso junto a una pizca de frustración y un éxito reducido.
El principio de Pareto afirma que en cualquier situación dada, hay algunas cosas que son mucho más importantes que otras.
Y que el 80% de tus resultados provienen del 20% de tus acciones. Por tanto, hay cosas que hacer que son mucho más importantes que todas las demás.
El truco está, entonces, en averiguar cuáles son estas cosas y empezar a concentrar todos tus esfuerzos en ellas la mayor parte de tu tiempo. ¿Verdad?
Pues voy a ayudarte a que empieces con este cambio de mentalidad con una serie de pasos previos.
¿Tienes claras tus prioridades? Si no es así, descarga la hoja de trabajo que he preparado. Solo tienes que hacer CLICK AQUÍ y te la mandaré por mail.
#1 Saca tiempo para pensar
Uno de los mayores desafíos a los que posiblemente haces frente a diario es que intentas llegar a todo.
Pero hay algo que debes tener en cuenta. Y es que tu horario está tan lleno que no encuentras espacio para dedicarte a respirar y pensar. Solo reaccionas.
Es imposible que identifiques lo que es realmente importante si no tienes suficiente tiempo para recabar y pensar las cosas.
Una forma sencilla de conseguir más tiempo es comenzar a decir que “no” a todo lo que te piden que hagas.
Si la mayoría de las cosas no son tan importantes, rechazar las solicitudes de otros en un buen punto de partida para liberar algo de tu tiempo.
Esta idea puede que te haga sentirte incómodo. No te gusta decepcionar a nadie y hemos sido educados en ayudar a los demás y decir “sí” a todo.
Pero la realidad es que los demás te respetarán más si sabes decirles que “no” de forma educada y firme.
#2 Sé consciente de lo que quieres
Es sorprendente la cantidad de personas que no saben qué es lo que quieren. No solo no lo saben, sino que no tienen ni un ápice de claridad en el asunto.
Y tú, ¿sabes lo que quieres?
Te diré que la forma en la que pasas tu tiempo es el resultado de una interacción entre tu claridad interna (lo que quieres hacer) y la presión externa (lo que otros quieren que hagas).
Si no eres capaz de distinguir qué es lo que quieres, no tendrás la capacidad de negociar sobre cómo gestionar tu tiempo con tus prioridades.
#3 Deja atrás el perfeccionismo
Con asiduidad te será verdaderamente difícil dejar las cosas sin terminar o sin que sean perfectas.
Pero si quieres priorizar eficazmente, tienes que ser capaz de dejar caer algo en medio de la corriente para centrarse en otra tarea con un mayor potencial.
El perfeccionismo puede ser un problema. Y tienes que estar dispuesto a realizar las tareas a mitad de camino, solo para hacer más con las que mayores posibilidades tienes de obtener buenos resultados.
#4 Retroalimentación honesta y esperada
Como ya has visto, decir “no” genera mucha tensión y está mal visto. Y es una de las razones por la que la cultura en la que nos movemos es crítica con la práctica de priorizar.
Es importante crear una cultura donde la retroalimentación honesta y desafiante sea normal y esperada.
Hay que aprender a dar feedback y tener conversaciones difíciles llenas de tirantez para que puedas aprender a priorizar eficazmente.
Tiene que haber un equilibrio entre cuidarnos los unos a los otros y la capacidad de desafiarnos directamente.
Priorizar depende de estas dos facetas de la cultura existentes en armonía. Una cultura equilibrada entre la retroalimentación directa y la camaradería es clave a la hora de priorizar
“Lo siento, ahora no puedo. Tengo que terminar esto en lo que estoy trabajando. Es un problema complicado e importante. Sé lo que entenderás.”
#5 Analiza en qué áreas pasas tu tiempo
Captar lo esencial es una habilidad que tendrás que desarrollar para reconocer las cosas importantes de tu vida.
Llegar a la esencia de lo que sucede a tu alrededor. Escuchar, analizar la situación y llegar al meollo del asunto.
Algo que puede ayudarte es llevar un diario en el que puedas identificar las áreas en las que pasas más tiempo.
La realidad que pasas mucho tiempo con distracciones que para nada son importantes. No solo eres tú al que le pasa, si con eso te consuelas. Y hasta que no puedas aceptar esta afirmación, te será complicado analizar tus asuntos importantes.
¿Conoces las 2 o 3 cosas que realmente te impulsan para alcanzar el éxito? No solo personal, sino también profesional. Intenta responder a esta pregunta, es posible que la respuesta te aporte claridad.
#6 Resuelve solo los problemas importantes y difíciles
La mayoría de nosotros somos solucionadores de problemas. Encima es algo que nos encanta. Arremangarnos las mangas de la camisa y resolver un buen rompecabezas.
No encanta solucionar problemas, por eso existen los crucigramas y demás pasatiempos –Nos gusta tanto que por eso estamos obsesionados con tachar tareas de nuestra lista como ya realizadas.
El peligro es que puede que estés siento seducido por los problemas pequeños y más fáciles de resolver. En vez de centrarte en los más importantes y gordos.
Aunque, a menudo, es difícil saber que si lo que estamos resolviendo es un problema importante o uno trivial. Para ello es útil pensar más allá y analizar cuál es la misión de esa tareas. O qué dolores de cabeza estás haciendo desaparecer cuando la realizas.
Más que de la tarea, enamórate de la misión que esta tiene.
Es fácil apegarse a las cosas equivocadas. Y este apego puede conducir la lista de tus prioridades por el mal camino.
Tu relación de amor con estas cosas puede llevarte a protegerlas incluso cuando ya no son útiles o no son la mejor opción.
La vida pasa rápidamente y está llena de oportunidades. Lo peor es que pensamos que tenemos que hacerlo todo.
Esto implica que vamos progresando muy poco a poco en demasiadas direcciones. Pero siempre podrás hacer una elección diferente. Puedes tomar decisiones complicadas entre lo que es bueno y lo que esencia para ti.
El beneficio es que puedes lograr algo realmente grande, aunque a veces tengas que ser algo “despiadado”.
Si quieres seguir profundizando en este tema, puedes adquirir la guía que he preparado: ¿Sabes priorizar? Claves sobre qué hacer cuando todo es importante.
¿Opinas que estos pasos te ayudarán con la difícil tarea de saber priorizar? ¿Crees que faltaría añadir alguno?
