Colesterol

En algún momento de nuestra vida nos han dicho después de una analítica de rutina que tenemos o hemos tenido cifras altas de colesterol o triglicéridos, a esto se le denomina Dislipemia, pudiendo tratarse de una hipercolesterolemia (colesterol alto), o hipertrigliceridemia (triglicéridos altos), también pueden estar alterados ambos a la vez. Esas cifras altas pueden deberse a un aumento en su síntesis por parte de nuestro organismo, consecuencia de una dieta rica en grasas saturadas y/o en una reducción de su eliminación del plasma por causas genéticas (hipercolesterolemia familiar).

Este aumento se asocia con enfermedades cardiovasculares y, en particular, con la cardiopatía isquémica, es por ello que hay que buscar el descenso en las cifras y un posterior control de la colesterolemia, ya que ello reduce la morbimortalidad coronaria.

En las analíticas vemos normalmente los términos colesterol total, LDL-Colesterol (o conocido como colesterol malo, pero también necesario para el correcto funcionamiento celular) y HDL-Colesterol (o colesterol bueno), debiendo estar alrededor de los siguientes cifras para cada uno de ellos:

1.- Colesterol total: entre 150 y 200 mg/dL

2.-LDL-Colesterol: 90mg/dL, pudiendo llegar a unos 130mg/dL

3.-HDL-Colesterol: por encima de 55 mg/dL en mujeres y 65 mg/dL en hombres, para tener una protección cardiovascular.

4.- Así mismo los Triglicéridos deben de estar por debajo de 200mg/dL

Si la dislipemia se debe a causas genéticas, además de una modificación en el tratamiento nutricional, se debe recurrir a tratamiento farmacológico prescrito por el médico, ya que la alimentación por si sola no va a ser suficiente para reducir las cifras. En caso contrario, un cambio en la alimentación y en el estilo de vida, puede ser suficiente para reducirlas:

El tratamiento dietoterápico de la hipercolesterolemia debe suponer:

A.- Cambio de estilo de vida:

1.- Abandono (si existe) el hábito tabáquico, ya que se ha observado que el tabaco produce modificación en los lípidos.

2.- Sedentarismo: la práctica habitual de actividad física aumenta niveles de HDL-colesterol (conocido como colesterol bueno).

B.- Alimentos Recomendados/No recomendados.

Esta recomendación dietética se hace en función del contenido que tengan los alimentos de los que se conoce como grasa buena o grasa mala, es decir, no todas las grasas son perjudiciales, las grasas líquidas a temperatura ambiente (excepto el aceite de palma) van a tener un efecto beneficioso en la disminución del colesterol, son grasas mono y poliinsaturadas, mientras que las grasas sólidas a temperatura ambiente van a tener un mayor contenido en ácidos grasos saturados y ácidos grasos trans. Veamos con detalle que son cada una de ellas:

Ácidos Grasos Saturados: carecen de dobles enlaces, siendo mas difíciles de oxidar. Todas las grasas animales son altamente saturadas (excepto las del pescado). Determinadas grasas vegetales, como los aceites de coco (excepción en su efecto sobre el colesterol) y palma, son muy saturadas.

Ácidos Grasos Trans: se producen en la fabricación industrial de grasas vegetales sólidas (en especial margarinas) implicando la hidrogenación de las mismas (transformarlas de líquidas a sólidas (insaturadas a saturadas).

Los Ácidos Grasos Insaturados tienen uno (Ácidos Grasos Monoinsaturados) o mas (Ácidos Grasos Poliinsaturados) dobles enlaces en su molécula, siendo mas fáciles de oxidar, estando presente en los aceites vegetales y en la grasa del pescado.

Colesterol de la dieta: aunque suele elevar la colesterolemia, existe la evidencia de que el colesterol de la dieta en los humanos tiene una menor influencia que la grasa saturada sobre los niveles séricos de colesterol.

El tratamiento dietoterápico de la hipertrigliceridemia

debe suponer los mismos cambios de hábitos de vida que en la hipercolesterolemia, pero en los hábitos de alimentación no van a suponer la restricción de lípidos, sino la de hidratos de carbono, sobretodo simples:

Para cifras de colesterol relativamente bajas, la medicina natural recomienda el consumo de extracto de arroz rojo, o el aceite de ajo para el control y reducción de las cifras, (encontrando en herbolarios cápsulas con los principios activos recomendados para ello), debiendo siempre consultar con el medico el consumo de este tipo de suplementos naturales.

En conclusión se debe llevar unos hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada, evitando aquellos alimentos que contengan mas grasas saturadas de origen animal e industrial.