La práctica regular de actividad física mejora la salud de los adolescentes de ambos sexos. No es necesario que la actividad practicada sea muy intensa para que se manifiesten los beneficios. De hecho, siempre se recomienda una actividad moderada.
Se puede considerar una actividad moderada, por ejemplo, 30 minutos diarios caminando a buen paso. También son recomendables otro tipo de actividades más intensas, como correr durante 15-20 minutos. Si se aumenta este nivel de actividad física se consiguen más beneficios. Sin embargo, cantidades excesivas de actividad física son contraproducentes porque favorecen la aparición de lesiones.
La cantidad y el tipo óptimo de ejercicio para adolescentes no han sido definidos con precisión y deben individualizarse de acuerdo con el nivel de madurez, el estado de salud, las habilidades y la experiencia con la práctica de ejercicio.
En general, se recomienda que todas las personas mayores de 6 años acumulen como mínimo 30 minutos de actividad física moderada preferiblemente todos los días de la semana. En adolescentes, con 20-30 minutos de ejercicio vigoroso al menos 3 veces por semana se obtienen más beneficios.
En niños no es necesario regular la intensidad del ejercicio de acuerdo con la frecuencia cardíaca porque tienen un riesgo cardíaco bajo y, además, suelen ajustar la intensidad del ejercicio de acuerdo con la tolerancia o la percepción del esfuerzo.
Se debe favorecer la participación en actividades diversas que ejerciten los grandes grupos musculares y que incluyan actividades de fuerza para mejorar el desarrollo de las habilidades, el control de peso, la forma física y el contenido mineral óseo.
Los beneficios de la participación regular en actividad física son:
- Aumento de fuerza y resistencia
- Mejora de la formación ósea
- Control de peso
- Disminución de la ansiedad y el estrés
- Mejora de la autoestima y la autoeficacia
- Disminución de los factores de riesgo cardiovasculares
- Diversión
- Interacción social
- Desarrollo de habilidades
Con todos estos beneficios, se hace obligatoria la práctica de ejercicio durante la adolescencia, aunque no hay que olvidar que lo correcto sería introducir el ejercicio como una rutina más en nuestras vidas para que sea un hábito que nos acompañe toda la vida.
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