Otro de los colores que por su nombre no se conoce pero si os decimos que es una tonalidad tirando a violeta, seguro que se os hará más familiar. El púrpura de Tiro se podría decir que es una curiosa mezcla entre el rojo y el morado. Un color bello donde los haya y que, a día de hoy, levanta pasiones y causa fascinación a mucha gente. Adentrémonos en esta tonalidad hermosa para encontrar sus orígenes.
Origen del púrpura de tiro
La púrpura de tiro viene del nombre latino purpura y del griego porphyra. Se la conoce también como púrpura real. Usada por los fenicios en la ciudad romana de Tiro localizada en la actualidad en el Líbano. Incluso se tiene constancia que ya se usaba en Creta en el año 1600 a.C. Este color se basa en las mucosidades de un caracolde mar carnívoro (Murex brandaris) que en la península ibérica se le conoce como cañailla.
Cuando los romanos conquistaron a los griegos se interesaron por este color y lo trajeron a Roma. Que en muy poco tiempo se convirtió en uno de los tonos más usados por los romanos más pudientes. La púrpura de tiro era muy cara para producirla. Ya el historiador Teopompo (siglo IV a. C) lo describía como: “La púrpura para los tintes valía su peso en plata en Colofón”. Esto era porque para producir un gramo se necesitaban 9000 cañaillas, debido a esto se le consideraba como un producto de lujo.
El púrpura de tiro, un color de leyenda
Para encontrar explicaciones a muchas cosas se recurre a las leyendas o mitos. En este caso, según la mitología romana y griega. Estaba un día Helena de Troya paseando por la playa con su perro y éste mordisqueaba un caracol marino, cuando ella se percató vio que el hocico del animal se le había teñido de un hermoso y desconocido color que encandiló a Helena. Tanto le gustó que ordenó le hicieran un vestido de ese mismo color. Siendo con esa ropa la más bella entre las mujeres.
El púrpura de tiro el color de la iglesia
En la iglesia católica los cardenales son llamados también “purpurados” porque van vestidos de este color. De ahí la expresión la “púrpura cardenalicia” que denominaba así a los que portaban esos trajes de color escarlata. Este color simboliza el poder divino y terrenal desde la época de romanos y griegos.