Así que hay estaba yo de consejera explicando como podría evitar distraerse con facilidad y mantenerse enfocada a mi compañera del gimnasio el otro día. ¿Por qué? Porque me estuvo contando que estaba preparándose para unas oposiciones para el área jurídica y me comentó que, aunque era un «cerebrito», su problema era que se distraía hasta con el vuelo de una mosca.
Y como no quería que fuera ella la única que tuviera la exclusiva, ahora te lo escribo yo a ti. Pero antes, vamos a ponernos en situación.
¡Es hora de trabajar! Te sientas frente a tu escritorio muy dispuesto. Preparas a mano todo el material que necesitas para ponerte en marcha y ahí estás tú más que preparado para tener el día más productivo de tu vida.
No han pasado ni 5 minutos y ya estás mirando el mensaje de whatsapp o echando un ojo a la última actualización del estado de Facebook de tu amiga o viendo ese vídeo tan divertido en Youtube, cuyo enlace acaban de mandarte por correo. O eres como esas personas que se distraen con el simple vuelo de una mosca, como a mi compi.
Cuando te quieres dar cuenta ya es la hora del almuerzo, se ha pasado la mitad del día y te preguntas por qué no has hecho todo lo que tenías pendiente. Comienzas a agobiarte, estresarte y ya vas acelerado el resto del día. Incluso, el sandwich o ensalada que te comes te sienta fatal porque el caos se acaba de presentar en tu vida sin avisar.
¿Por qué pierdes todo el día sin terminar ninguna de tus tareas pendientes y el resto del mundo sí lo consigue? Pues bien, es probable que tu problema sea debido a que te distraes con tanta facilidad, que en seguida pierdes la atención en lo que estás trabajando.
¿Por qué pierdo todo el día sin terminar nada pendientes y el resto del mundo sí lo consigue? –No estás solo, no eres el único. La concentración es algo que merece la pena cultivar porque es un factor crítico a la hora de tener éxito al finalizar la jornada.
Evitar las distracciones y focalizarnos en los que tenemos que hacer no es tan fácil como algunos lo muestran, pero aquí te lanzo algunos consejos para facilitarte el camino.
#1 El entorno de trabajo
Un aspecto importante y al que a veces no le damos la suficiente importancia es el espacio en donde desarrollamos nuestro trabajo.
Es vital que esté limpio, ordenado, que sea luminosos y libre de cualquier distracción. Evita cualquier pila de documentos en tu mesa, porque hará que te agobie tanto papel a la vista. Guarda todo aquel juguete o elemento que pueda suponer que te embeleses con él.
Un espacio de trabajo limpio puede ayudar a reducir la ansiedad y dejar espacio para la motivación –Procura usar tu entorno de trabajo solo para eso: trabajar. No mezcles tu oficina con el lugar donde ves con tu familia la tele, o con tu dormitorio.
Te podrás ocurrir que tu mente asocie los momentos de concentración con los de diversión o sueño. Y terminen entrándote unas ganas locas de ver tu programa favorito o irte a la cama a dormir solo 10 minutos más.
# 2 Todo está en tu mente
Antes de empezar, ten tu mente tranquila y despejada de posibles problemas o recados que tengas que hacer. Con ello solo conseguirás enturbiarla.
Si ves que pierdes este estado, coge un post-it y escribe «mantén la mente tranquila» y ponlo en un lugar donde puedas verlo cada vez que te haga falta.
Para liberar tu mente lo mejor es disfrutar de los descansos en el trabajo. Puedes emplear la técnica Pomodoro o hacer pausas cada cierto tiempo de enfoque.
Mientras que descansas puedes hacer uso de la meditación, dar un paseo fuera de tu lugar de trabajo o puedes directamente no hacer nada.
También es importante que te visualices trabajando. Es una técnica que usan muchos deportistas de élite. Se ven en una carrera, analizan todos los inconvenientes o problemas que pueden tener y estudian cómo reaccionan ante ellos. Esto lo hacen para no perder la concentración a la hora de la competición, ya que no habrá nada que les sorprendan y su mente estará más que preparada para enfrentarlos.
Estas tácticas te ayudarán a mantenerte mentalmente agudo y listo para abordar lo que te espera en tu trabajo.
¡Ah! Se me olvidaba un pequeño consejito. En los descansos es posible que tomes tu almuerzo o cualquier otro alimento. Mejor que no tomes comidas muy pesadas, porque no solo afectará a tu mente sino a tu cuerpo. Te sentirás molesto y desearás que pasen las horas cuanto antes, y eliminará tus ganas de hacer algo.
# 3 El conocido mundo de las distracciones
Aquí estamos ya con las malditas distracciones. Que sí, que probablemente ya sepas que te voy a contar, pero no está nada mal volver a recordártelo, porque si no me equivoco seguirás teniendo un problema con ellas si aún te cuesta concentrarte.
Distracciones externas
Apaga cualquier ruido de fondo. Tener la televisión encendida, la radio o la música pueda hacer que te distraigas con facilidad.
Si eres de los que se concentran mejor con música, adelante. He de reconocer que según tenga que hacer unas u otras tareas, es algo que tolero o no.
Qué recuerdos cuando de pequeña estudiaba y hacía los deberes del colegio con el televisor encendido…
El móvil es otro culpable de que te distraigas con facilidad. Silencia las notificaciones, elimina los zumbidos o la señalización luminosa en forma de parpadeo. Si puedes, apágalo directamente.
Para ello, lee este post que escribí sobre cómo afecta tu teléfono móvil a tu productividad, en donde te doy sencillas técnicas para combatir las notificaciones.
El ordenador. Si no tienes que usarlo para tu trabajo, silencia las notificaciones o apágalo directamente también.
Haz un uso responsable de internet y empléalo solo como material de consulta y nada más. Cierra las pestañas de tus redes sociales y la bandeja de tu correo.
En tu oficina tienes que hacerle saber a tus compañeros o familiares que necesitas pasar un tiempo concentrado por lo que deben evitar distraerte.
Busca un lugar en donde nadie te moleste o esté libre del paso de personas. Cierra tu puerta y pon un cartelito de no molestar.
Si nada de esto te funciona, te recomiendo que te pongas tus cascos o auriculares que aíslan del ruido o simplemente lo que tengas para escuchar música. Parecerás que estás ocupado y mandarán un mensaje claro de desaliento a todo aquel que quiera entablar una conversación contigo.
Yo ya sé el truco para evitar que me distraigan con conversaciones banales que me distraen –Distracciones internas
Prepara tu mente para concentrarte en lo que quieres conseguir. Si hay algo que te distrae, debes tener la suficiente capacidad para detectarlo y darte cuenta.
¿No te ha pasado que cuando menos los esperabas te has encontrado jugando con el bolígrafo? ¿O te has visto pensando en la cerveza que te vas a tomar esa noche con tus amigos?
Para de hacerlo y corta con ello por lo sano, antes de que sea tarde y hayas perdido un valioso tiempo.
Repite «Esto no es lo que necesito estar haciendo ahora». El cerebro está preparado para ignorar pequeñas distracciones, solo tienes que tenerlo entrenado. Y esto solo se consigue con la práctica.
# 4 No pierdas la visión ni tus objetivos
Una vez que tu lugar de trabajo es el óptimo, tu mente está despejada y lista para centrarse en lo que tienes que hacer y con las posibles distracciones controladas, vamos con la verdadera razón por la que necesitas estar concentrado.
- ¿Qué deseas conseguir?
- ¿Por qué tienes que hacer esto?
- ¿De qué te servirá?
- ¿Qué pasará si no lo terminas a tiempo?
- ¿A cuál de mis objetivos me acerca este trabajo?
Hacerte preguntas de este tipo te ayudarán a mantenerte enfocado en lo que tienes que hacer. Visualizando cuál será el resultado final y eso te mantendrá motivado para no desistir.
Saber por qué necesitas mantenerte enfocado puede ayudarte a avanzar a través de las partes difíciles y tediosas de lograr tus objetivos. Ahí es cuando tu capacidad de enfoque está realmente probada y cuando es más necesaria.
# 5 Trabajar más eficientemente
Empezamos con la acción. Y para eliminar el caos que puede suponer tu interminable lista de tareas por hacer, te aconsejo que te centres en las 2 o 3 más importantes.
Y haz estas tareas tan pronto como sea posible. Así te asegurarás que cumples con ellas y evitarás que las distracciones vengan y agoten tus fuerzas.
Si hacer las tareas importantes al principio, no dejarás que las tareas más tediosas como responder a llamadas, a correos electrónicos, asistir a reuniones o atender posibles urgencias inesperadas, te abrumen. Ahorrándote estrés y prisas.
Si tus metas son muy extensas y pesadas en volumen, desgránalas. La mayoría de los objetivos te llevan más de un día lograr. Para no desanimarte, lo mejor es ir llegando a ellos a través de pequeñas acciones.
Cada día irás consiguiendo metas que te acercarán a tus objetivos con paso firme. No es nada beneficioso para tu concentración cuando te enfocas de manera equivocada en la grandeza de tu objetivo, porque puede provocar que desistas de intentar alcanzarlos.
No te pelees con tu metas ni las abandones por un problema de concentración solamente tuyo. Siempre haz algo para promover tus objetivos, algo que se acerque a tus metas, por muy pequeño que sea.
Haz algo para promover tus objetivos y acercarte a tus metas, por muy pequeño que sea –Si, por otro lado, ves que hay algo que te cueste realizarlo con mayor dificultad puedes dejarlo para el final. Empieza por lo que te es más sencillo y cuando llegues a lo complicado, ya irás con impulso. Tu mente está ya en estado de enfoque y concentración y vas hasta arriba de motivación por haber realizado con éxito las tareas fáciles.
Averigua la hora del día en la que eres más productivo y estructura tu lista de tareas a partir de ella. Sé realista, la mayoría de las personas son capaces de mantenerse enfocado durante unas pocas horas al día. Así que asegúrate de usar este tiempo de la mejor forma posible. Es importante que desarrolles este hábito.
Solo eres capaz de mantenerte enfocado unas cuantas horas al día. Haz el mejor uso de tiempo –Por último, puedes intentar madrugar más. Cuando te levantas temprano, el número de distracciones y de interrupciones que pueden atacarte son menores. Además, la primera hora del día te vendrá bien para planificar cómo será la jornada.
# 6 Resiste a la procrastinación
Lucha con todas tus fuerzas contra el impulso de posponer realizar algo.
Recuerda que nunca conseguirás nada al menos que no lo hagas ahora. Así no te sentirás tan tentado a desplazar las cosas para otro momento.
La dilación es una gran distracción, ya que te permite convencerte de que será mejor realizar una tarea cuando te sientas más preparado.
Posponer refleja una mentalidad infantil. Puede hacer que evites la responsabilidad en favor de sentirte bien ahora mismo, pero no en un futuro corto.
La investigación ha demostrado que las personas rara vez se encuentran con más éxito cuando posponen las cosas hasta más tarde en lugar de hacerlo de inmediato.
Por no hablar de lo contentos y satisfechos que nos encontramos cuando finalizamos nuestras tareas.
# 7 Lo mejor de todo: la recompensa
Algunos consideran la recompensa como la mejor manera de entrenar al cerebro en cómo enfocarse. Cada vez que te enfrentas a una tarea difícil desafiante, pensar en la recompensa que te gustaría darte a ti mismo cuando la logres hará que vayas como una moto para cruzar la meta que te lleva a ella.
¿A quién no le gusta verse recompensado por el duro trabajo? Eso sí, tienes que merecerlo, por lo que ya sabes que no puedes distraerte con facilidad o te quedarás sin tu deseado premio.
¿Te acuerdas de la mosca que te rondaba?
Depende solo de ti encontrar maneras de dominar tu capacidad de enfoque para evitar distraerte en tu trabajo.
Para eso te he regalado estos consejos, para que puedas mantenerte concentrado y en ruta con lo que quieres lograr.
Las distracciones que nos rodean no van a ninguna parte, así que aprender a superarlas es una de las mejores cosas que puedes hacer por ti mismo.
¿Y tú, cómo te sientes más productivo y menos distraído? ¿Usas algún truquito más que aparece aquí?
