Mírate. Ahí. Tan centrado en lo que estás haciendo. En ese estado casi de nirvana. Con plena concentración. Ignoras todo lo que pasa a tu alrededor. Ni el más mínimo vuelo de una mosca te hace desistir de tu tarea. El tiempo pasa y ni te das cuenta.
Ah que no. Que ese no eres tú. Que eres incapaz de imbuirte en tus pensamientos y acciones. Tienes tantas cosas en mente, de las que estar pendiente que te impide concentrarte en una sola tarea.
No, ese no es tu problema. Quizás sea que no das abasto con todas las interrupciones que no paran de aparecer de un lado y de otro.
No te alteres. No estás solo.
Asociación de faltos de concentración anóminos
Hola. Me llamo Carmen y tengo problemas de concentración.
Ahora repite tú: Hola, me llamo (di tu nombre) y tengo problemas de concentración.
Primer paso hecho. Lo has reconocido.
Segundo paso, como si de una terapia se tratara, toca que compartir nuestras historias.
Pues bien, el otro día leí un artículo muy interesante en hipertextual.com, escrito por Victoria Pérez, una chica super maja, y me vi muy identificada.
Comienza la terapia
Cuánta razón tiene al decir que el enfoque y la concentración son muy difíciles de dominar.
En mi último trabajo me era muy complicado focalizar en cualquiera de las tareas que realizaba.
Tenía un walkie en la oreja por donde se comunicaba toda la planta, es decir, escuchaba voces a todas horas. Además por este medio se podían comunicar conmigo y tenía que estar pendiente de cuando decían mi nombre y, sobre todo, tenía que estar pendiente de lo que decían por si podría conllevar un problema que tendría que solucionar. Una locura.
Además tenía un móvil de empresa, reuniones a todas horas, la bandeja de entrada con correos urgentísimos de vida o muerte (bahh) y, como no, tenía que entregarle semanalmente mi trabajo, informes o lo que me pidiera a mi jefe.
Ah, se me olvidaba: teníamos que sacar mercancía a diario a nuestro cliente con el mayor grado de calidad. Y yo era la “mala” de Calidad.
En definitiva, prestar atención a lo que importaba y abstenerse de las distracciones era parte de mi complejo trabajo.
Victoria también da un buen consejo y en tiene mucha razón: para concentrarse en una cosa hay que eliminar el resto. El enfoque es la clave de la productividad.
Aunque las mujeres somos capaces de hacer varias cosas a la vez (también creo que algún hombre puede), y no lo digo yo, hay estudios que lo demuestran. Pero dejemos estos debates, porque seas hombre o mujer o lo que te dé la gana, no es posible mantener ese ritmo durante más de 2, 4, 6 horas. Y el que sea capaz, que levante la mano y que nos cuente su secreto
Es imposible concentrarse al 100% en varias tareas simultáneas y es imposible ser 100% productivo en todas ellas. Es de cajón, unas te distraerán de las otras.
Así que evita las tareas simultáneas si cada una de ellas te requiere al 100%, porque no vas a cumplir tu objetivo.
En el artículo se dice que el problema del ser humano es que no sabe decidir.
La falta de concentración proviene de la incapacidad del ser humano de saber decidir –Sí, me costó un poquito entender esta frase, en relación al tema principal del post, pero en seguida vi por dónde iban los tiros.
En el trabajo como en la vida hay que tomar decisiones. Y la decisión lleva a la acción. ¡Exacto!
Hay que elegir qué queremos hacer, qué tarea vamos a realizar antes para focalizarnos en ella y dejar en pause o en coming soon las demás.
Coge la calculadora y haz números
Tiene razón Victoria, el estar cambiando continuamente de focos te hace muy improductivo. ¿Cuánto tiempo pasa entre que algo te interrumpe o aparece y vuelves con lo que estabas antes de ello?
Y qué decir de la cantidad de distracciones que tenemos hoy en día. Que si el móvil, la bandeja de entrada del correo, los avisos de las redes sociales, visitas o llamadas inesperadas,…
Haz cuentas y calcula la cantidad de tiempo que pierdes en todo esto.
Haz números y calcula el tiempo que pierdes en distracciones –¿Cómo podemos aumentar la concentración?
Victoria da dos métodos para que solucionar este problema. Puedo afirmar rotundamente que funcionan a la perfección, porque no me ha quedado más remedio que ponerlos en marcha.
El primero de ellos lo sacó a la luz el famoso Warren Buffet. Consiste principalmente en escribir las 25 principales metas que quieres conseguir durante la semana, en orden de importancia, y centrarse en las 5 primeras esforzándose en conseguirlas.
Yo no conozco personalmente a este señor pero yo no podía planificar mi semana. En mi día a día surgían problemas de la nada mucho más importantes que mi top5.
Supongo que te pasará lo mismo. Y menos mal sino qué aburrido sería todo esto.
¿Solución? Muy sencilla. Sí, semanalmente tenía mis objetivos laborales y sí me esforzaba al máximo en cumplirlos. Pero me los desgranaba por días, con “minimetas” de esos objetivos.
Si veía que no iba a ser capaz de cumplirlas, cerraba correo, me desconectaba el walkie, silenciaba mis dos teléfonos de empresa y a mantener el foco hasta acabar.
No me digas que te resulta complicado porque me estás mintiendo. No hay más, es tan sencillo como eso. Como dice Victoria, solo hay que elegir.
Y priorizar. Ya me lo dijo mi jefe nada más empezar. Hay que priorizar. No se pueden atacar todos los frentes a la vez. Hay que identificar lo más gordo, lo más importante y después las minucillas que nos queden.
Y el segundo, y el que más me gusta, por el temilla este de que soy ingeniera y me encantan los indicadores. Es la mejor herramienta para mejorar en todo.
No se puede mejorar lo que no se puede medir. Creo que si me hago un tatuaje, contendrá esta frase.
Medir, analizar, proponer mejoras, hacer y volver a medir. Es que hasta con lo más tonto lo hago y lo contenta que me pongo cuando consigo batir mis marcas.
Pruébalo, que te va a encantar el saborcillo que te deja después.
Mide y mejora. Pruébalo que te va a encantar el saborcillo que te deja después. Te harás adicto. –La medida no es un juicio de lo que eres, es solo información sobre dónde estás.
Cuando consigues concentración, alcanzas tus metas, evitas frustraciones y eres más feliz.
¡Exprésate! ¿Has tenido problemas de concentración? ¿Cómo los has resuelto? ¿Has usado otra técnica?
El cambio es una nueva norma en la sociedad y tener la habilidad para superar la resistencia al cambio es un importante activo. Por eso la solución viene de la mano del liderazgo personal. Este post que hoy te traigo quizá tenga un contenido menos práctico que los anteriores.