Ha causado un auténtico furor entre la mayoría de las personas que lo han comprado y se han animado a leerlo. De hecho, la serie ha vendido ya 31 millones de copias en todo el mundo, mientras que los derechos han sido vendidos ya en 37 países. Te estamos hablando, efectivamente, del libro Cincuenta sombras de Grey, de la autora británica E. L. James.
Se trata de la primera entrega de una trilogía erótica, que describe la relación existente entre Anastasia Steele, una recién graduada de la universidad, y Christian Grey, un joven magnate de los negocios.
La novela precisamente ha causado un auténtico furor porque se destaca por sus escenas explícitamente eróticas, con diferentes elementos de prácticas sexuales, como bondage (disciplina), BDSM (sadismo/masoquismo) y dominación/sumisión. Pero parece que no es oro todo lo que reluce, a pesar de su rotundo e indiscutible éxito.
Recientemente se ha publicado un estudio en la revista científica Journal of Women’s Health, llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (en Columbus, Estados Unidos), en el que se indica que el libro Cincuenta sombras de Grey contribuye a la perpetuación del problema de la violencia de género.
Para ello, los investigadores tomaron como referencia los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades sobre violencia interpersonal y las diferentes reacciones asociadas que se producen. Llegaron a la conclusión que Anastasia Steele, la pareja femenina de la novela, sufre un daño como consecuencia de su relación con el protagonista, Christian Grey. De hecho, en el estudio se indica que “las interacciones de la pareja son emocionalmente abusivas, caracterizadas por el acoso, el aislamiento y la intimidación (…) Nuestro análisis identificó patrones de la obra que reflejan de forma omnipresente la violencia en la pareja. El abuso emocionalestá presente en casi todas las interacciones”.
En el estudio, además, se identifican estos patrones indicando un ejemplo claro: en algunas partes de la novela Christian Grey persigue a Anastasia, apareciendo en lugares poco usuales, usando un teléfono y un ordenador para dar con su paradero, para intimidarla, y a su vez la aísla de los demás, limitando de esta forma su vida y sus contactos con su familia y amigos.
En palabras de los autores del estudio, “Anastasia presenta experiencias típicas de reacciones de las mujeres maltratadas, como por ejemplo sentirse constantemente amenazada, sentir ansiedad y la identidad perdida”.
Según se refleja en el citado artículo, novelas como ésta no hacen más que agravar el problema de la violencia de género.
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