¿Qué es el Cristianismo?
El Cristianismo, las creencias y prácticas cristianas se han diversificado enormemente a lo largo de los siglos y en todo el mundo. Por consiguiente, no hay una definición sintética de la fe cristiana y sus doctrinas. Sin embargo, hay ciertos elementos de homogeneidad como la creencia central en Jesucristo.
Cristo
El nombre de Jesucristo fue dado por los cristianos a Jesús de Nazaret que es reconocido como el Mesías profetizado en el Antiguo Testamento.
El término «Cristo» proviene del griego Χριστός, el equivalente del término semítico Mesías (del hebreo – mashia’h), literalmente «el que es ungido», y de él deriva el nombre «Jesucristo».
Jesucristo es el centro de la fe del cristianismo. Hay muchas diferencias en las interpretaciones de sus enseñanzas, pero su vida y muerte son tomadas como ejemplo por todos los cristianos. El fundamento de la religión cristiana es la fe en la resurrección de Jesucristo, aunque no todos los cristianos dan el mismo significado al término resurrección. De hecho, la definición griega de resurrección es más bien resucitar de la muerte que volver a la vida.
La profesión de fe
El kerigma, la principal profesión de fe de los cristianos contenida en la Epístola de San Pablo a los Corintios, afirma que si Jesucristo no ha resucitado, la fe cristiana está vacía. Otras dos profesiones de fe vinieron a aclarar la fe cristiana, el Símbolo de los Apóstoles y el Símbolo Niceno-Constantinopolitano (o credo). Sin embargo, no todos los cristianos, en conjunto, valoran los dos últimos. Esta creencia de fe se puede separar en cuatro apartados.
El primero confirma la doctrina monoteísta del cristianismo al afirmar que sólo hay un Dios que es también el creador. La segunda parte describe que Jesucristo es el Único Hijo de Dios y que sufrió, murió y resucitó antes de ascender al cielo para juzgar a los vivos y a los muertos. La expresión hijo es una continuación de la tradición bíblica, pero los cristianos proclaman que es Dios quien se revela de manera única en su hijo Jesucristo.
Los católicos enfatizan la filiación biológica en la creencia de la castidad de por vida. La tercera parte de las profesiones de fe del cristianismo, dice que el Espíritu Santo intercede por la humanidad, y finalmente, la cuarta parte describe que Jesucristo instituyó una Iglesia en la Tierra.
La Trinidad
La Trinidad en el cristianismo, fluye directamente de estas profesiones de fe. La Trinidad es la realidad de tres personas representadas en un único Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El término «persona» ha dado lugar a muchas interpretaciones y San Agustín deja claro que este término, humano, sólo define imperfectamente a la Trinidad.
La mención del bautismo, «en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» se convirtió en la forma del dogma de la Trinidad durante los grandes concilios del siglo IV. Los exégetas [¿Quién?] señalan que es una fórmula bautismal en uso desde el siglo II. Las interpretaciones de la Trinidad son diferentes según los cristianos que afirman ser Iglesias de los dos Concilios, Iglesias de los tres Concilios o Iglesias de los siete Concilios. Además, algunos cristianos, como los unitarianistas, algunos grupos adventistas y los testigos de Jehová, no aceptan el dogma de la Trinidad. Estos últimos se llaman antitrinitarios.
Antecedentes históricos
El estudio histórico de los fundamentos del cristianismo, la vida de Jesús de Nazaret, es difícil porque el Nuevo Testamento que cuenta la historia de su vida fue escrito por creyentes que estaban más preocupados por transcribir su experiencia espiritual que por los hechos históricos. Un estudio histórico científico requiere que estos textos sean comparados con otros relatos de los mismos hechos. Sin embargo, aparte de los Evangelios del Nuevo Testamento, las fuentes escritas precisas que tratan de la vida de Jesús son particularmente raras.
Hay ciertos textos que no forman parte de la Biblia y que no son muy completos, que relatan la presencia de Jesús y las controversias que generó entre el pueblo judío. Junto con la ausencia de pruebas arqueológicas de la existencia de Jesús, esta incertidumbre sobre la veracidad histórica de los textos bíblicos ha llevado a algunos autores de finales del siglo XIX y principios del XX a plantear la hipótesis de la inexistencia de Jesús. Desde los años 30, esta hipótesis ha sido abandonada por los investigadores.
Las modificaciones voluntarias o involuntarias de los textos debidas a las traducciones se reconocen como menores, salvo la adición de glosas. En el caso del Primer Testamento, un ejemplo de esta fiabilidad en la traducción es el manuscrito de Isaías que fue encontrado en Qumran cerca del Mar Muerto y cuya transcripción posterior fue particularmente fiel.
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