El puente de lata de Dúrcal, en Granada, es el primer y único punto fijo en toda Andalucía de ‘bungee jumping’, también conocido como ’goming’.
El ‘bungee jumping’ es una modalidad de puenting en auge en España en la que se realizan saltos al vacío sujetos por los tobillos a una cuerda elástica que amortigua y provoca rebotes. En el puente de lata de Dúrcal, los aficionados a las caídas libres extremas pueden realizar saltos de 48 metros, con rebotes de 40.
Diferencias entre goming y puenting
Aunque como ya hemos dicho, el ‘goming’ es una modalidad de puenting, existen notables diferencias entre ambas actividades tanto en lo que se refiere a materiales, técnica y experiencia.
La primera y más evidente es que el puenting sólo se hace desde puentes, mientras que el ’bungee jumping’ se puede realizar también desde otras plataformas elevadas, como por ejemplo grúas.
Mientras en el puenting las cuerdas de sujeción son rígidas y la trayectoria del salto es pendular, de manera que no se experimenta una caída vertical prolongada, en el ‘bungee jumping’ o ‘goming’ el salto es elástico, provocando grandes rebotes.
Además, en el ‘bungee jumping’ la goma va frenando la velocidad de caída hasta el punto más bajo, mientras que en el puenting la velocidad es máxima en el punto más bajo, cuando se inicia el movimiento pendular. Este uso de cuerdas elásticas en el ‘goming’ permite hacer saltos sobre superficies acuáticas, pudiendo tocar por ejemplo el agua de un río en la caída gracias a esa desaceleración, algo impensable en el puenting, ya que la máxima velocidad se coge en el último tramo, por lo que el impacto contra el agua sería brutal.
En estos saltos con cuerdas elásticas la primera sensación es de ingravidez; en la caída acelerada vas viendo cómo te vas acercando a toda velocidad al suelo o al agua, hasta que en el último tramo de la caída la cuerda se va tensando a la altura de tus pies, tu cuerpo se va estirando y vas perdiendo velocidad, hasta que se produce el rebote en el punto más bajo de la caída. Tras la primera caída amortiguada se suceden varios periodos de ingravidez (rebotes).
Historia del puente de lata de Dúrcal
El conocido popularmente como puente de lata de Dúrcal está a tan solo media hora de la ciudad de Granada por carretera. Desde la capital hay que tomar la autovía A-44 dirección Motril y continuar unos 27 Km. hasta la salida 157, donde veremos señalizado el camino hasta Dúrcal. Allí encontraremos el puente, que domina la garganta del río Dúrcal, erigiéndose como un perfecto mirador para admirar el Valle de Lecrín.
El puente de lata de Dúrcal es hoy patrimonio arquitectónico andaluz. Fue construido en los Talleres Lecoog de Bélgica, en el siglo XIX, por uno de los discípulos de Gustave Eiffel. Primero sirvió desde 1907 como puente de ferrocarril de la línea Guadix-Baza, sobre el arroyo de Gor. Ya en 1924, la Compañía Tranvías Eléctricos de Granada S.A. trasladó el puente a Dúrcal, reduciendo su longitud de 400 a 200 metros, para conectar esta localidad con Granada. En 1974 dejó de prestar servicios para el transporte.
Hoy, el puente es un emblema del ayuntamiento de Dúrcal y un reclamo para las actividades deportivas y de turismo activo del Valle de Lecrín.
La idea de convertirlo en el punto de referencia para los aficionados al ‘bungee jumping’ o ‘goming’ en Andalucía ha sido de la empresa Adrenalina Libre, con la que podrás iniciarte en esta modalidad de deporte extremo en el espectacular puente de lata de Dúrcal.
Adrenalina Libre ha compartido en Youtube este fantástico vídeo de la inauguración del puente de lata de Dúrcal como primer y único punto fijo de salto ‘bungee jumping’ en Andalucía:
Ya que te encuentras en Andalucía, aprovecha para hacer turismo activo en Málaga