Hemos encontrado recientemente un estudio que indica que la calidad de la leche materna cambia o depende del sexo no solo de los bebés si no de los animales en general. Ésta teoría se apoya en unos estudios que se realizaron hace 40 años los cuales mencionan una hipótesis denominada Trivers-Willard donde la selección natural favorece la inversión que hacen los padres en las hijos dependiendo de la escasez o la abundancia que presenten.
En numerosas instituciones y universidades se han investigado ésta teoría dando lugar a resultados donde las madres que ocupan una posición económica favorable producían una leche materna con mejor calidad, y en cuanto a las madres con menos recursos producen una leche más cremosa para favorecer el desarrollo del sus bebés.
Incluso en otros estudios el género del bebé si eran varones provocaba que las madres produjeran una leche más energética. Actualmente una profesora de biología de Harvard comprobó que la leche podría variar en los humanos, encontrando que los macacos rhesus que habían dado a luz crías machos tenía niveles más elevados de cortisol, la cual controla y estabiliza el metabolismo.
Debido a la diferencias de la leche según el género del pequeño, puede influir en el comportamiento y afectar al desarrollo y crecimiento del bebé, aunque también depende de como el bebé use la leche.
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