Pasa a la acción con estos 12 consejos para dejar de procrastinar

Todos hemos procrastinado en alguna ocasión. Hay que admitirlo. Y hasta es posible que lo hagas de forma más que usual. Y es que dejar de procrastinar no es una tarea fácil.


Pospones una tarea poniendo otra en su lugar, cuando sabes perfectamente que a la larga solo te generará estrés y culpabilidad.


¿Te has preguntado alguna vez por qué lo haces?


Es posible que sea por tu personalidad:



  • Te gusta ir siempre con el tiempo pegado al culo, como se dice por aquí. Y encima disfrutas con esa sensación de ir tarde a todos lados.

  • Igual el problema es que no eres capaz de tomar la decisión adecuada sobre qué hacer ahora.

  • O, como yo, eres muy perfeccionista y te da miedo empezar por algo para no fracasar en el intento.

Luego tenemos el caso de que el «culpable» no seas tú, sino más bien la tarea en sí que tienes que realizar:



  • Es una tarea aburrida y ya solo de pensar en ella te da pereza hacerla.

  • La complejidad que tiene esa acción te asusta.

  • O es una tarea que algo o alguien te ha impuesto y te ves forzado a realizarla.

Yo creo que siempre existe una mezcla entre ambos motivos, pero al final todo se reduce a que eso que debes hacer:


1Te aburre.


2Te frusta.


3O no eres capaz de conectar con ello y estás forzado.


Y para solucionarlo, solo hacen falta tres cosas:


1Hacer una pausa.


2Realinear la tarea con tus objetivos.


3O conectar esa tarea con el beneficio que obtendrás al hacerla.


Sencillo, ¿verdad? Pues no. Fácil es decirlo pero llevarlo a la práctica ya te aviso que es más complicado. Sino ya me contarás tú por qué la procrastinación es uno de los grandes problemas que afectan directamente a nuestra productividad.


Pero no pasa nada. Porque hoy vas a descubrir una serie de pasos o hábitos que tendrás que poner en marcha para olvidarte de la procrastinación de una vez por todas.


Y otra cosa, antes de meternos en el meollo de la cuestión. ¿A ti no te resulta fea y difícil de pronunciar esta palabra? A mí sí. Con lo bonito que es posponer o dilatar. Pero nada, es la moda y como ovejas del rebaño, allá que la seguimos.


12 formas de eliminar la procrastinación de tu vida


Retrasar, postergar, dilatar, esconderse del trabajo, dejar de enfrentarse a una tarea,… Este mal hábito que te quita tiempo libre y hace que tires por la borda tus prioridades.


Aún no es tarde para reducir sus efectos con los consejos que a continuación voy a darte y, así, dejar de procrastinar ya mismo.


#1 Descomponer las tareas


Si encuentras una tarea complicada o te abruma, una forma de solucionarlo es descomponerla en pequeñas partes. Así solo tendrás que centrarte en uno de los fragmentos.


Rómpela en tantos pedazos como consideres oportuno. Al final llegarás a un punto es que la subtarea te sea tan fácil que no te dará nada de pereza hacerla.


Y cuando la termines, pasas a la siguiente. Además correrá por tu cuerpo esa sensación de logro que te motivará para seguir abordando tareas de tu lista.


Cada vez que me toca ordenar y limpiar mi vestidor de ropa, me vengo abajo. Tengo tanta ropa que el solo hecho de tener que moverla, me marea. Lo que hago es hacerlo por tramos. Un día me pongo con la ropa deportiva, otro día con la de estar por casa, otro con los zapatos. Y en menos de dos semanas, lo dejo todo niquelado.


#2 Crear un protocolo de inicio


Cuando estás ante una tarea que no te motiva en absoluto y que te gustaría no hacer, tener un ritual puede ser una buena forma de meterte de cabeza con ella.


Es como el calentamiento que hacen los deportistas antes de empezar una carrera. Puede ser algo que te relaje o que te alegre. Algo que simplemente te dé fuerzas para empezar con ganas.


Escucha tu canción favorita, llama a tu mejor amigo, tómate el té que más te guste, lee frases de motivación,…


#3 Evitar las distracciones


Con distracciones de por medio solo facilitas la procrastinación.


Elimina las notificaciones del móvil, guarda en una sola carpeta todos los iconos de tu escritorio, cierra tu correo electrónico y el navegador, elige trabajar en otro entorno con menor cantidad de personas que te distraigan con solo entrar y salir.


Pon remedio a todo lo que hace que te descentre de tu tarea. Haz ensayos de prueba y error hasta que descubras qué técnica es la más efectiva. Y sé creativo.


#4 Tener un plan


Está genial descomponer tus tareas en partes menores pero de nada te va a servir si a esto no le acompaña un plan. Tienes que tener bien claro qué viene después. Y conocer la magnitud de lo que te espera.


El plan será la hoja de ruta de la que podrás echar mano cuando te veas algo perdido. Así dejarás de ponerte excusas porque sabrás exactamente qué tienes que hacer después.


Si quieres correr una maratón, tendrás que empezar a entrenar. Y para ello hay miles de planes de ejercicio y entrenamiento para que sepas qué es lo que tienes que hacer y en qué momento durante tu preparación.


#5 Rodearse de las personas adecuadas


Creo que este punto ya te lo he comentado en otros posts de mi blog. Tienes que relacionarte más con las personas que te inspiran y que te motivan a mejorar a diario.


Identifica a esos amigos, a tus familiares o busca la ayuda de un mentor. Ellos van a inculcarte un espíritu de esfuerzo e impulso brutal.


También puedes leer blogs o libros de ayuda o ver películas y series que generen en ti un cambio de actitud enfocado a la acción.


#6 Crear un hábito clave


Según parece, es uno de los secretos de la gente exitosa. Encuentra ese hábito que puedes hacer a diario y que te da grandes beneficios.


Uno de estos es el deporte. La verdad es que yo lo practico a diario y por la mañana temprano. Me ayuda a llevar una vida más saludable, duermo mucho mejor, mi autoestima es más elevada, disfruto superando nuevos retos. Y me da ese punto de energía que me ayuda a continuar en la cima durante el resto del día.


#7 Establecer un entorno de trabajo óptimo


No creo que diha nada descabellado si te comento que el ambiente que nos rodea tiene un impacto diferente en tu productividad.


Obviamente no es lo mismo estar en la oficina que en el salón de tu casa con el televisor encendido. O leer en un parque rodeado de niños jugando que una biblioteca.


Mira con atención a tu escritorio. ¿Es el más apropiado para trabajar? ¿O está más dedicado a la diversión y las distracciones? Un ambiente óptimo es aquel que te inspira a hacer tu lista de actividades.


Te confieso que todos los escritorios que he tenido han estado llenos de muñequitos. Pero no me llaman a jugar con ellos, más bien me motivan porque me traen buenos recuerdos. Además son una forma de tener presente a la niña que aún llevo dentro. Por otro lado, me gusta tanto el orden que no los toco por no moverlos de su sitio.


#8 Las charlas de motivación


Hablar con uno mismo no es de locos. Y si lo fuera, seríamos muchos en el mundo. Pero es muy eficaz cuando te enfrentes a algo que no te resulta agradable de hacer o te entren ganas de dedicarte a otra cosa.


Las charlas de estímulo con uno mismo pueden aumentar considerablemente tu motivación. Recuérdate el porqué estás haciéndolo o debes hacerlo. Busca los beneficios que obtienes al finalizar esa tarea y piensa en el tiempo que puedes estar perdido si terminas rendido a la procrastinación.


#9 Darse cuenta de que algo no funciona


Si ya has probado de todo y esa tarea es muy confusa o tienes tantos problemas en finalizarla, lo mejor que puedes hacer es parar.


No seas imprudente y sé consciente de si hay algo inviable. Un proyecto que es imposible terminar en plazo, circunstancias negativas que pueden afectar a la tarea, etc.


No reconocer que hay problemas te va a llevar a posponer y perder tiempo.


#10 Pedir ayuda


Cuando entras en bucle y no avanzas por un obstáculo inesperado o por lo que sea, lo mejor es pedir ayudar.


No merece la pena trabajar tan duro cuando las cosas se ponen negras. A veces lo más sencillo y rápido es pedir auxilio.


Eso sí, siempre que sea necesario. Y no porque quieras librarte de esa tarea cargando con la responsabilidad a otra persona.


Entre dos o más personas todo es más sencillo, además de contar con un equipo motivado que te ayudará a finalizar con éxito lo que te propongas.


#11 Compartir con los demás


Primero esto es bueno porque una vez que le cuentas a los demás tus metas o tus tareas, te van a preguntar y eso te hará más responsable con tus planes.


Y por otra parte, que el resto de personas compartan contigo te facilitará el encontrar a otros que probablemente ya hayan logrado lo que tú buscas. Es una buena forma de conectar con ellos.


Su éxito es una misma tarea o similar, te motivará a que tomes acción cuanto antes.


#12 Reformulación de objetivos


Si ya has probado los anteriores consejos para dejar de procrastinar y no te han funcionado, replantéate que el problema sean tus metas.


Lo mismo existe una desalineación entre lo que quieres y lo que estás haciendo en este momento.


Para ello descansa, tómate un tiempo para aclararte y reformula tus objetivos de nuevo:



  • ¿Qué quieres lograr?

  • ¿Qué deberías hacer para conseguirlo?

  • ¿Cuáles son los pasos que debes dar?

  • ¿Tu actual trabajo se alinea con ello?

  • ¿Qué puedes hacer al respecto para solucionarlo?

Lo mejor para dejar de procrastinar es pasar a la acción


Deja de buscar si lo que necesitas es que se dé el momento perfecto para hacer algo. Así no vas a lograr nada.


Al final, todo se resume en tomar medidas. Puedes conocer estrategias, métodos, consejos, planes, etc. pero si no te arremangas y te poner a trabajar, nada sucederá.


Sigue quejándote de tu falta de tiempo, de que no tienes más horas al día para terminar algo, sigue perdiendo tiempo con distracciones, que en definitiva solo suponen una barrera para alcanzar el éxito que buscas.


Evalúa los costos que te suponen posponer tus tareas o recompénsate por el trabajo bien hecho y a tiempo. Trabajar duro debe serte gratificante.


Y no olvides que puedes escribir tus tareas en una lista la noche anterior o esa misma mañana para que no se te escapen tus prioridades diarias.