Resolución de conflictos: no es un concurso en donde tú ganas y otros pierden

Los conflictos han estado, están y estarán siempre contigo a lo largo de tu vida. Son un problema, y como tal tendrás que solucionarlos haciendo uso de una serie de herramientas.


Cuando estás desarrollando un puesto de responsabilidad donde tu trabajo depende del de 60 personas más, con sus formas de pensar y sus ideas tan diferentes a las tuyas, tienes que saber manejar las diferencias. Y es por ello que me he atrevido a escribir este post, desde la más absoluta humildad.


No soy una experta en resolución de conflictos. Ni tengo un título que lo acredite ni mucho menos. Lo que sí poseo es bastante experiencia al respecto. Cuando en una planta industrial tu equipo se reduce a una única persona (o sea, yo), tienes que lidiar con poner fin a las tensiones que surgen entre los demás y tú.


¿Qué es un conflicto? Ventajas e inconvenientes de la resolución de conflictos


Un conflicto se define como la oposición real o que percibimos entre los deseos, necesidades o valores entre nosotros y otras personas, y que genera estrés o tensión.


Como resultado de esta definición, estoy segura al 100% de que te has enfrentado a muchos de ellos. Pero como yo siempre digo, de todo se aprende. Y de los conflictos también.


El primer consejo que te voy a dar es que no olvides que nunca debes tomarte un conflicto como algo personal.


Si yo lo hubiera hecho, me hubiera quedado sola en la empresa en la que trabajaba. O mi familia me hubiera echado de lado, así como mis amigos.


Lo único que existe es un problema entre tú y otra persona. Los problemas se resuelven sin necesidad de romper la relación con el contrario.


Los conflictos no son un juego en donde existen ganadores y perdedores. De hecho, todos podemos ser ganadores y salir victoriosos tras una disputa.

En un conflicto no hay perdedores ni vencedores solo la búsqueda de la solución a un problema –

Y por último, los conflictos no son malos. Pero tampoco buenos. Debes enfrentarte a un conflicto con una mentalidad neutral para eliminar cualquier creencia errónea sobre él y posicionarte mejor ante el conflicto.


Ventajas de resolver un conflicto



  • Evita un conflicto de mayor envergadura.

  • Permite el acercamiento entre las dos partes.

  • Da excelentes resultados en cuanto a cambios personales y sociales.

  • Previene el estado de estancamiento.

  • Ofrece tranquilidad a ambas partes.

Desventajas de resolver un conflicto



  • Nos lleva a un estado perpetuo de tensión.

  • La verdad queda cuestionada.

  • Resulta imposible la meditación sobre el problema si nos movemos en tensión constante.

  • Genera sentimientos de resentimiento, pudiendo llegar al odio.

  • Otras relaciones se puede ver afectadas.

Espero que estas pequeñas ideas que te acabo de mostrar sobre el conflicto y su resolución te hayan generado un cambio de mentalidad en relación a ellos.


Una vez que has abierto tu mente y hayas aceptado que los conflictos no tienen por qué terminar negativamente, vamos a pasar a la parte práctica.


Resolución práctica de conflictos


1 Estar presente


Cuando estás ante un conflicto, es importantísimo respetar a la otra parte. Tienes que estar completamente enfocado en la situación.


Evita mirar de arriba a abajo y a los lados, ya que esto es visto como una falta de respeto a tu opositor.


Sé siempre natural.


Mantente relajado en cada momento y mira a la cara a la otra persona.


Cuida la distancia que os separa, que sea siempre confortable para ambos. No te muestres distante pero tampoco te le eches encima.


Procura no cruzar los brazos mientras estás hablando con la otra persona. Ten una postura abierta en todo momento.


Y siempre responde con atención y respeto.


2 Tener una visión clara


No intimides al otro mirándole constantemente a la cara. Puedes generar una situación incómoda y todo el proceso se echará a perder. Además podrás dar una imagen un tanto siniestra.


Pero hazle sentir que él o ella tiene tu total atención. Expresa un interés genuino escuchándolo y queriendo saber más.


Asegúrate que no hay barreras psicológicas entre tú y la otra persona. Cuanto menos barreras haya, más oportunidades de comunicación abierta habrá.


3 Cercanía y respeto ante todo


Tus oportunidades de resolver el conflicto incrementará si expresas profundo y auténtico respeto a la otra persona.


Escucha con atención, intenta entender al otro y no le juzgues.


Muestra cercanía cuando entables una conversación. Puedes ayudarte de tu postura, tu expresión facial o tu tono de voz.


Pero siempre sé consecuente con tus mensajes verbales y no verbales. Si no concuerdan, la otra persona dejará de creer en lo que estás contándole.


4 Haz preguntas clarificadoras


Es bastante común hacer preguntas para entender la posición de la otra persona o simplemente sus intereses.


Las preguntas cerradas generan una respuesta específica, ya sea «sí» o «no», y se usan para especificar o comprender algún hecho concreto. En cambio, las preguntas abiertas suelen ser más descriptivas y permiten a la otra persona elaborar más su respuesta.


Te muestro un plan de ejemplos:


Pregunta abierta: ¿Qué tiempo hace?


Pregunta cerrada: ¿Está lloviendo?


Pregunta abierta: ¿Qué no te gusta de mi forma de actuar?


Pregunta cerrada: ¿No te ha gustado mi forma de comportarme?


5 Cuidado con tu lenguaje


Aquí tienes que irte con la idea clara de que debes eliminar los términos fuertes:


«Odio a mis compañeros.»


«Parece que todos son estúpidos.»


«No te soporto.»


Mira las áreas de acuerdo y destaca las partes en donde ambos concordáis. Señala los puntos que tenéis en común, haciendo declaraciones optimistas.


«Sé que estamos todos dispuestos a mejorar.»


«Te encanta trabajar en silencio, y a mí también.»


«Sé que mañana quieres comer algo frito, pero ambos debemos llevar una alimentación más saludable.»


6 Responde solo a los cambios de comportamiento


Los conflicto ocurren a causa de diferencias entre opiniones y actitudes. Tendemos a creer que si la otra persona cambia, nuestras vidas serán mejores.


Puedes pedirle a la otra persona que pare de hacer algo pero también debes destacar lo que te gustaría que hiciera a cambio.


«Me parece genial que apague las luces pero espera a que termine de leer el libro.»


«No dejes el baño desordenado, por favor límpialo antes de salir.»


Y evita usar las palabras «siempre» y «nunca» porque son términos de exageración. Esto solo escalará el conflicto.

En medio de un conflicto, elimina de tu vocabulario las palabras «siempre» o «nunca» –

«Nunca haces la cama.»


«Siempre te dejas luces encendidas.»


«Nunca te ofreces a mejorar la empresa.»


7 Explorar los intereses


Los conflictos son complicados, sobre todo porque pueden estar muchos componentes involucrados en cualquier situación dada.


Céntrate con insistencia en los intereses más que en las oposiciones, es más fácil encontrar el mutua acuerdo ante una solución satisfactoria del conflicto.


Solo tras explorar posiciones e intereses podrás llegar a una resolución creativa y óptima del problema.


La gran mayoría de las personas no suelen escuchar las necesidades del otro ni aclarar las suyas propias. Cuando actúas precipitadamente, corres el problema de estar resolviendo el problema a medias.


8 Resolución


Una vez clarificado el asunto y habiendo compartido intereses de forma respetuosa y asertiva, lleva la hora de ofrecer una solución.


Puedes ayudarte del brainstorming para generar posibles soluciones. Y luego evaluar las opciones de forma equitativa para satisfacer los intereses de ambas partes.


Tendréis que elegir la opción o combinación de opciones óptimas y generar un plan de acción con los detalles de las mismas.


Además tendréis que diseñar una manera de evaluar la efectividad de la solución.


Si la solución no se hace evidente es posible que necesitéis de más información, más confianza, más energía o menos miedo de abriros el uno al otro sobre el problema que os persigue.


Los conflictos están ahí fuera


Existen desde el día en que nacimos y lloramos porque tenemos hambre. Muchas veces incluso es algo que necesitamos. Esa constante lucha por tener lo que nos satisface.


La mejor forma de ganar la batalla es aceptarlo. Párate a disfrutar de la belleza de la vida y del esplendor de todo lo que has logrado. Y olvida el duro trabajo que realizas para hacer perfecta tu vida. Esto último solo crea tensión en tu vida.


No pretendas negar los conflictos, ni te compadezcas de él o te quejes. Respóndeles con normalidad y como parte de tu vida. Es el punto de partida para encontrar una solución.

Una resolución óptima de conflictos solo conlleva a que todas las partes ganen la partida –

Tu vida no depende de si tienes o no conflictos. Es lo que haces con ellos lo que va a marcar la diferencia. Todo está en la mente.


Procura conectar con la otra persona para seáis capaces de ver el problema desde diferentes perspectivas y llegar juntos a la mejor de las soluciones.