Todo sobre el turismo de aventura
El Turismo de Aventura, senderismo de montaña, rafting en ríos, motos de nieve, globos aerostáticos, quads, paseos a caballo o en bicicleta, el turismo de aventura reúne una variedad de actividades que a veces tienen poco en común.
Los turistas que las practican también constituyen una clientela bastante heterogénea. ¿Qué les une? ¿El aire libre? ¿Gusto por el riesgo? ¿Un reto deportivo? ¿El deseo de salir de los caminos trillados? Pero aún así… ¿Cómo podemos definir este tipo de turismo para identificar mejor a sus seguidores?
El turismo de aventura representa una parte importante de la oferta turística en el mundo. Es bastante difícil cifrar la magnitud del fenómeno, dado el carácter fragmentario de este sector y la dificultad de definirlo.
Sin embargo, todo el mundo está de acuerdo en que es un producto en crecimiento, tanto en el mundo en general como en Quebec en particular.
¿Qué es el Turismo de aventura?
En primer lugar, ¿qué es la aventura? Conjunto de actividades y experiencias que implican riesgo y novedad, y a las que se atribuye un valor humano.
¿Y el turismo? Para retroceder en el tiempo (al menos en el caso de América del Norte), podemos remontarnos a la época de la colonización, cuando los viajeros recorrían los ríos, desbrozaban el terreno y descubrían tierras vírgenes.
Hasta hace poco, cuando se hablaba de turismo de aventura, los autores se referían a los pioneros, a la exploración de territorios poco visitados, a una forma de turismo en la que el viajero tiene que renunciar de alguna manera a los estándares de confort y experimentar una parte de la aventura humana.
Asimismo, las actividades de transporte como el piragüismo, el kayak, las motos de nieve o el ciclismo, que ahora forman parte del nicho del turismo de aventura, eran consideradas entonces, por los puristas, como herramientas secundarias para vivir la experiencia en lugar de ser el objeto de la aventura, o la parte principal de la misma.
¿Cómo definimos hoy al Turismo de aventura?
Al igual que el turismo en general, se ha democratizado, la oferta y la demanda han crecido y los productos se han adaptado.
Ahora vemos una oferta diversificada, accesible tanto para los principiantes como para los más avanzados, y que ofrece productos llave en mano (alquiler de equipos, guías, formación, paquetes diversos). El turismo de aventura ya no es sólo para aventureros…
El turismo al aire libre, el ecoturismo, el turismo de naturaleza y el turismo de aventura son ahora términos que se solapan y se asocian a menudo con los mismos productos.
En la literatura se utilizan ciertos términos para describir específicamente el turismo de aventura.
En primer lugar, al tratarse de turismo, hay que tener en cuenta las nociones de distancia (40 km o más del domicilio principal) y de pernoctación, eliminando así la noción de ocio. En segundo lugar, el turismo de aventura implica una actividad realizada en un entorno natural, que requiere un esfuerzo físico y que implica un riesgo relativo.
El turismo es una actividad al aire libre o una combinación de actividades que tienen lugar en un entorno natural determinado (lugar insólito, exótico, aislado, inusual o salvaje).
El turismo de aventura utiliza medios de transporte no convencionales, ya sean motorizados (moto de nieve, quad, etc.) o no motorizados (a pie, en canoa, en kayak, etc.).
Además, la actividad implica necesariamente un nivel de riesgo, que puede variar en función del entorno (aislamiento, accidentes geográficos, etc.) o de la naturaleza de las actividades y los medios de transporte implicados.
Turismo de aventura: definición y segmentación
El turismo de aventura es un turismo de nicho. Se define por la práctica de actividades físicas al aire libre (tierra, agua, aire).
El turismo de aventura abarca una amplia gama de actividades: algunas radicales o extremas y otras mucho más accesibles para el público en general. Si el salto en bungee desde un puente sobre un río no es lo suyo, tal vez una caminata guiada para descubrir la fauna local se ajuste más a su definición de aventura.
La ventaja de este segmento es que cada cliente tiene su propia definición de riesgo, aventura y disfrute.
Las variantes del turismo de aventura son casi infinitas, dependiendo del paisaje local, el terreno, el clima, la cultura y las infraestructuras. El denominador común del turismo de aventura sigue siendo la búsqueda de una experiencia estimulante en interacción con el entorno y las poblaciones locales.
El turismo de aventura puede dividirse en dos subcategorías principales: actividades «suaves» y «extremas».
Actividades suaves:
- Senderismo
- Orientación, búsqueda de tesoros
- Paleta de pie
- Piragüismo y kayak
- Etc.
Actividades extremas :
- Escalada
- Rafting
- Espeleología
- Salto en paracaídas
- Etc.
También podemos afinar la segmentación del turismo de aventura por tipo de actividad: actividades acuáticas, terrestres y aéreas.
Por último, los grupos de edad son un factor importante en la segmentación de la demanda. Para finalizar esta segmentación de la demanda hay que considerar cuatro grupos de edad:
- Menos de 30 años
- 30-41 años
- 42-49 años
- 50 años o más
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