Sobrevivir al primer día de trabajo tras las vacaciones puede ser una odisea en toda regla. Incluso se puede convertir en el peor momento del año.
Y te lo digo yo que tengo experiencia. Lagrimones me caían la noche anterior a este odiado momento. Vale, también es verdad que mi trabajo no me gustaba. Probablemente para ti no resulte tan dramático.
No ya por el hecho de volver y tener que decir adiós a las maravillosas vacaciones en un paisaje idílico. O simplemente a esos días en los que solo uno se preocupa de no hacer nada. Lo realmente duro para mí era terminar el primer día laboral tras una temporada de descanso y relax sin desear no haberme ido a ningún lado.
Desconozco si a ti te ha pasado, pero parecía que la empresa se hundía sin mí y a mi vuelta me lanzaban todos los chalecos salvavidas para que la sacara a flote. Llevar encima puesto uno no es mala cosa, pero cuando se convierten en veinte o ciento, al final tu cuerpo no puede con ellos.
Pero… ¿no sería genial terminar tu primer día de regreso al trabajo y pensar que fue un gran día?
Pues sí, es posible. Y si no te lo crees te voy a dar una serie de consejos que te van asegurar el éxito en tu ardua tarea de sobrevivir al primer día de trabajo tras unas merecidas vacaciones.
Ya te aviso que no son nada complicados y que no debes dejarte llevar por la simpleza de algunos. Realmente funcionan y te facilitarán tu vuelta a la rutina.
#1 Establece tu MIT
Estarás pensando que te acabo de decir que son consejos muy simples y ya empiezo el primero con cosas raras. No te asustes, como tendemos a usar abreviaturas y siglas para todo, más aún si son en inglés, aquí tienes una.
MIT es acrónimo de “Most Important Task”, lo que en castellano viene siendo “La Tarea Más Importante”.
Como siempre digo, la clave de tu productividad se reduce a entender simple y llanamente lo que es más importante para ti. Además de identificar qué actividad te proporcionará el mayor impulso para llegar a completarla.
Identificar esta tarea es especialmente útil a tu regreso al trabajo tras una larga pausa: correos electrónicos que revisar, problemas estancados que necesitan de tu intervención, seguimiento de proyectos, y un largo etc. que puede llegar a abrumarte de la forma más fácil.
Podrías estar trabajando en estas u otras actividades pero solo habrá una de ellas que será más importante que el resto. Si eres capaz de establecerla, te aseguro que estarás utilizando tu tiempo de la mejor forma posible.
Enfócate en tu MIT. Trabaja duro para eliminarla y luego, pasa a la siguiente. –#2 Limpia tu bandeja de entrada
¿Por qué recibes siempre más correos electrónico cuando estás de vacaciones que cuando estás en tu puesto de trabajo? ¿No te has preguntado cómo es posible?
No sabes por cuál empezar. ¿Desde el último? ¿Desde el primero y hacia delante en el tiempo? “Esto me va a hacer perder toda la mañana”, piensas y ya comienzas a agobiarte. Desde primera hora estás estresado y sin saber qué rumbo seguir.
¡Error! Porque antes de llegar a tu bandeja de entrada, ya habrás completado con éxito tu MIT, ¿recuerdas? El correo electrónico es un mero trámite.
Nos metemos en el ajo. Lo primero que debes hacer es crear una carpeta de “emails antiguos” o el mejor nombre que se te ocurra. Es a tu libre elección. Y mueve todos los que tengas allí.
¡Listo! Bandeja de entrada limpia como una patena.
En la carpeta que has creado está tu póliza de seguro o un cajón bien grande de basura, eso también te dejo que lo decidas tú, en la que echar mano si fuera necesario.
Una vez tengas claro que tu siguiente tarea es meterte de lleno con los emails, te recomiendo:
- Responde o actúa con los que te lleven menos de cinco minutos. Hazlo y no lo dejes pasar.
- Si con alguno de ellos, puedes traspasarlos o delegarlos, reenvíalos a la persona a quién corresponda. Te aconsejo que lo hagas con un breve resumen del tema que trata y de lo que esperas que la otra persona haga. Más que nada por agilizar y dar todo bien mascadito al que recoja el mensaje.
- Mueve el correo a una carpeta específica de tareas pendientes o crea un recordatorio si ves que tienes que aplazar tu acción con él.
- Bórralo si no lo vas a necesitar.
Por último te diré que esta tarea te podrá llevar casi las ocho horas de tu jornada (depende del número de correos que tengas), así que procura dedicarle un tiempo finito, aunque no acabes con ella. Recuerda que los correos no se van a mover y que están en tu carpeta de “emails antiguos”.
#3 Sigue un plan establecido
Hasta ahora me he centrado en los dos puntos que considero claves. Y que hacen que más perdamos el norte el primer día tras la vuelta. Pero este tampoco te creas que se queda atrás.
Ya sea en tu aplicación de tareas favoritas, en tu agenda o calendario, o simplemente en una hoja de papel. De cualquiera de las maneras crea antes una lista de elementos que debes hacer este día y cíñete a ella.
La principal ventaja que tiene que cuando no sepas qué hacer o por donde seguir, o bien, estés luchando con centrarte, te sacará del apuro. Es una estupenda manera de mantenerse en el buen camino y lograr tus objetivos para ese día.
Si, por algún casual, puedes retrasar alguna de las tareas para otro día que estés más en faena, ¡hazlo!
#4 Llega pronto a la oficina
Lo de ser la primera en llegar siempre fue una de mis rutinas. Todo está más en calma y normalmente, tus compañeros o personal a tu cargo tarda más en darse cuenta de que estás allí. Por lo que tienes tiempo para poder centrarte en tus tareas.
En este caso, entrar antes en tu trabajo te va a permitir ponerte al día con todo lo que ha pasado en tu ausencia.
Por no hablar de que estarás mucho más tranquilo. Tus compañeros aún no han llegado ni empezado a preguntarte sobre cómo fueron tus vacaciones o si ya te has enterado de algo que pasó.
Significa ganar tiempo para ti y disminuir el nivel de estrés el primer día.
#5 Evita a toda costa las reuniones con una excepción
Bastante trabajo vas a tener con enterarte de todo lo que ha pasado mientras estabas fuera. Por no hablar de la pila de correos que tendrás sin respuesta. Así que programar reuniones o asistir solo te generará estrés innecesario.
De poco servirá que asistas a una reunión sin una preparación mínima sobre el tema. Si quieres contribuir de forma significativa, posponla o renegóciala.
Una vez dicho esto, vamos con la excepción. Para saber qué ha ocurrido en tu ausencia tendrás que reunirte con tu equipo o con tu jefe si es que lo tienes. Ellos te pondrás al día y tu jefe te dejará bien claro qué espera de ti a tu vuelta.
Además, te recomiendo agendar antes de irte la cita con tu jefe. Y si tienes buena relación con él, puedes pedirle que un día o dos antes de que regreses, te mande un correo electrónico con un resumen de lo acaecido y con los puntos claves que debes hacer. Así tendrás un guión que seguir y estarás al tanto de lo que pasó durante tus días libres.
#6 Di “NO” a las distracciones
Parece un punto trivial pero es importante que lo tengas en cuenta. Dispersarse en el primer día de trabajo suele ser muy común. Sobre todo porque aún se sigue con la inercia de la rutina de las vacaciones.
Obviamente conviene recordar que los descansos cortos para desconectar siempre son permitidos, como ya te comenté en el post de la Técnica Pomodoro.
Pero siempre que puedas, evita las grandes distracciones: almuerzos o pausas para el café largas, notificaciones del móvil, largas charlas con tus compañeros sobre las vacaciones, etc. De esta forma, seguir enfocado y menos abrumado será más sencillo.
#7 Sal a tu hora y programa algo divertido
Siempre tendrás cosas que hacer en tu trabajo y siempre podrás hacer más de lo que haces. Pero las personas exitosas no pasan sus horas tratando de tachar cuantos más elementos de su lista de tareas pendientes, mejor.
Céntrate, en lugar de esto, en tus prioridades y programa tiempo para ello. Ir a casa o hacer tu actividad favorita deber ser innegociable.
Y si encima has planeado algo con tus amigos o familia o pareja para después del trabajo, te servirá de motivación para continuar hacia delante en el día. Incluso si no estás muy contento de volver a la rutina, puedes sobrevivir a ella con el hecho de que algo emocionante sucederá en solo unas pocas horas.
#8 Tómatelo con calma
Que por ser el último punto no es el menos importante. Si has seguido los pasos anteriores, habrás completado el día con éxito.
Eso sí, trata de abstenerte de asumir nuevas tareas o proyectos en tu primer día de regreso. Ya habrá tiempo para eso durante el resto del año.
Volver es difícil. Tus recuerdos de tus vacaciones irán desapareciendo o podrás guardarlos como un tesoro hasta que vuelvas a poder disfrutar de nuevo de ellas.