Pasos para romper con un mal hábito

Los malos hábitos interrumpen tu vida, te impiden lograr tus metas y pueden hasta poner en riesgo tu salud. Además son una pérdida de tiempo y energía. Entonces ¿por qué los hacemos?


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Para romper con un mal hábito lo primero que hay que hacer es asumir responsabilidades.


Todos tenemos malos hábitos que desearíamos no tener pero nos sentimos pesimistas en cuanto al cambio que supone deshacernos de ello.


Romper con los malos hábitos requiere tiempo y esfuerzo, pero sobre todo perseverancia. Para ello te voy a proponer una serie de pasos para ayudarte en esta ardua tarea.


¿Cuáles son las causas de un mal hábito?


La gran mayoría de los malos hábitos vienen causados por dos cosas: el estrés y el aburrimiento.


Los malos hábitos surgen como una forma de lidiar con estos dos estados. Pero no tendría que ser así, ya que existen maneras más sanas de luchar contra ellos.


El problema es que normalmente asociados al aburrimiento y el estrés existen de trasfondo problemas más graves. Problemas que quizá no hayas sido capaz de reconocer pero que ahí están.


¿Qué razones pueden estar tras ese mal hábito? ¿Hay algo más profundo, como miedo o alguna creencia limitante, que haga que te aferres a él?


Una de las claves para superar y romper con un mal hábito es reconocer cuáles son las causas que lo provocan.


Y, aunque es algo de lo que ya te hablaré más adelante dentro de este post, acepta que los malos hábitos no suelen eliminarse, sino más bien reemplazarse.


Todos los hábitos que actualmente tienes, buenos o malos, están ahí por una razón. Todos estos comportamientos te aportan un beneficio, aunque no te hayas percatados.


El beneficio puede ser biológico o emocional (véase fumar o estar con una persona tóxica), pero al final solo son manera de aguantar con el estrés. Por este beneficio es que se hace muy difícil eliminarlos de raíz. En su lugar se hace necesario reemplazar un mal hábito por otro que le proporcione un beneficio similar.


11 pasos para romper con un mal hábito


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#1 Querer acabar con él


La realidad es que hay muchas personas que se sienten muy a gusto con sus malos hábitos y quieren que se queden con ellos.


Así que lo primero que tienes que hacer antes de nada es hacer una reflexión profunda y preguntarte si realmente quieres renunciar a ello.


Una vez que lo tienes claro, vamos con el siguiente paso.


#2 Saber por qué quieres dejar tu mal hábito


Aquí lo mejor es hacer una lista, da igual lo larga que pueda ser, en donde enumeres una por una las razones por las que quieres romper con tu mal hábito.


Investiga por tu mente para encontrar respuestas. Haz conexiones sobre lo bueno que te estás perdiendo por realizar este hábito.


Si quieres aprender un idioma, imagínate leyendo la carta de un restaurante de ese país al que deseas visitar cuando tengas soltura. Si quieres perder peso, imagínate lo bien que te van a sentar esos pantalones que tienes fichado en tu tienda favorita.


#3 Identificar las veces que se da


Coje una libreta y anota todas las veces en las que recaes en ese hábito. Apunta también el día, la hora y la situación en la que “pecaste”. Y sobre todo presta atención al desencadenante de tu mala conducta.


Puede que fumes al terminar de comer o que cuando estás haciendo una tarea que no te motiva, te pongas a enredar en internet o con tu teléfono móvil.


#4 Reconocer las causas


Todos los hábitos tienen una función. Te duchas para estar limpio y oler bien, desayunas a diario porque así sacias tu hambre, etc. Y no existe diferencia con los malos hábitos, que también tienen su porqué.


Si quieres romper con un mal hábito tienes que identificar perfectamente la función que desempeñan y enfrentarte a ello.


Una vez que has realizado el paso anterior, descubrir las causas de tu mal hábito te será mucho más sencillo.


Un ejemplo puede ser el de aquellas personas que necesitan tomarse unas copas para socializar mejor con los demás, o lo que comen ansiosamente cuando están estresados.


#5 Escribirlo


Parece que las promesas que se hacen en un papel aumentan nuestro compromiso hacia ellas. Incluso hay científicos que comentan que tener los objetivos anotados y tenerlos a mano cuando los necesitemos ayudan a mantenernos en el buen camino.


Por tanto, anota tu promesa de cambio y léela cuando más la necesites. No te cuesta nada, no tiene efectos negativos y puede serte de gran ayuda.


#6 Tomar acción


Esto es lo que suele ser más complicado, pero aquí puedes decantarte por dos alternativas.


La primera de ellas es ir a por todas. En este caso, debes:



  • Dejar de ponerte en la situación desencadenante de ese mal hábito. Si tu desencadenante es el aburrimiento, intenta mantener tu mente y manos ocupadas

  • Apaga tus dispositivos electrónicos si ves que te distraen durante tu jornada laboral.

  • Si el que activa tu comportamiento es una persona, hablar con ella. Es posible que esa persona cambie su actitud.

Si sueles fumar cuando estás con tu amigo porque él también lo hace, dile que estás intentado dejarlo. Probablemente ya no lo vuelva a hacer delante de ti.


La otra alternativa es rendirse, sentirse fracasado y estar peor que antes. Para ello te aconsejo que comiences con pequeños pasos hacia tu meta.


 


#7 Buscar alternativas


Este paso no es más que tratar de reemplazar tu mal hábito por otro más saludable. Intenta ser creativo con las sustituciones porque nunca sabes qué puede funcionarte hasta que lo intentas.


Elije un sustituto y ten un plan de antemano para saber cómo vas a responder cuando te enfrentes a lo que te causa ese mal hábito.


Si necesitas fumas, tómate un caramelo. Si te entran ganas de entrar a Facebook cuando estás trabajando, ponte una nota con la recompensa que te darás si no lo haces. Cuando te entren ganas de comer a deshoras un buen dulce, sustitúyelo por una pieza de fruta.

Encuentra las mejores alternativas que cumplan con la misma recompensa que te da ese mal hábito. –

Luego está la opción que muchos comentan de ponerse una goma elástica en la muñeca y darle un tirón cuando estés pensando o haciendo el hábito con el que quieres romper. Asociar esa mala acción con el malestar puede ser una buena idea.


Yo no lo pondría en práctica hasta no haber probado superarlo mediante otro métodos menos dolorosos. Pero yo te lo dejo para unas últimas.


#8 No ir solo en el camino


Hay muchos programas y grupos de apoyo. Ser responsable ante los demás es un poderoso incentivo para seguir adelante.


Si das y recibes apoyo, tendrás todo tu enfoque y atención en tu meta.


Una buena opción es hacer piña con un amigo o persona cercana que quiera superar ese mismo mal hábito y caminar por el sendero que os llevará hacia vuestros objetivos juntos.


#9 Decírselo a tu entorno


Los seres humanos somos sociales por naturaleza y además nos importan bastante (aunque alguno digan que no) lo que los demás piensen de nosotros. Sobre todo si son nuestras personas queridas.


Si haces una promesa a otra persona, lo más seguro es que la quieras mantener.


#10 Tejer un plan de emergencia


Porque los malos hábitos son muy complicados de superar, es posible que te encuentres con algún contratiempo.


La clave está en que no se vuelvan un retrocesos, sino solo un tropiezo. Así que si te ocurre, levántate y sigue adelante. Pero sobre todo no te rindas.


En vez de fustigarte por haber errado, traza un buen plan para cuando falles.


#11 Recompensarte


Una de las formas de felicitarte por el buen trabajo realizado es mediante la recompensa con algún regalo.


Empieza con pequeños detalles tras pequeñas victorias y piensa en algo más grande cuando finalmente lo consigas y estés por encima de ese mal hábito que te perseguía.


La recompensa es algo simple y viable que te ayudará a hacer grandes progresos.


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Consejos a la hora de romper con un mal hábito


Para que la tarea se te haga más llevadera, voy a darte una serie de consejos que seguro te irán de lujo.


1Deja de posponerlo


No seas de los que piensa que estarán en mejor posición para acabar con un mal hábito en una fecha posterior a la de hoy.


2Visualízate


Imagina la versión mejorada de ti mismo, libre del hábito que te debilita.


También imagina el dolor de una recaída. ¿Cuáles serían las repercusiones? ¿Desilusionarías al alguien?


3Pide ayuda


Comparte con los demás tus planes para que seas responsable. Que sepan que estás comprometido y construye una red de personas que te ayudarán cuando se te presenten momentos difíciles.


4No seas perfeccionista


No seas muy duro contigo mismo si tienes algún tropiezo en el camino. Trabaja con la mente puesta en tu objetivo y que ningún error impida tu progreso. Nadie es perfecto.


5Establece recordatorio


Para que no caiga en el olvido el hábito con el que quieres romper y dado que los hábitos forman parte de nuestra rutina, y los hacemos sin darnos cuenta, cuelga notas por toda tu casa o trabajo. Que sean la mejor herramienta para recordarte lo que no debes hacer.


Romper con un mal hábito


6Sé positivo


Tú puedes cambiar, eres digno del cambio que anhelas. Eres increíble. Usa frases de motivación o di lo que necesitas escuchar para mantenerte en el camino. Eres fuerte y estás lleno de energía para superar lo que te propongas. Las palabras son poderosas.


7Usa la meditación


Esta puede ayudarte a romper con los malos hábitos. Una vez que ya hayas identificado los desencadenantes, puedes hacer meditación para distraerte la próxima vez que te encuentras en una situación así.


No hace falta ser un gurú. Con respirar profundo, concentrarse en la respiración y despejar la mente para calmar tus pensamientos es suficiente.


8Date tiempo


La sabiduría convencional establece que se necesitan unos 28 días para dejar un hábito. Desgraciadamente no siempre se cumple esta premisa. Los hábitos los hacemos de forma automática y romper con ellos no es tarea fácil. Así que ten paciencia porque con trabajo y esfuerzo, lo conseguirás tarde o temprano.


En resumen, los hábitos cubren ciertas necesidades de tu vida. Por esta razón lo mejor para romper con un mal hábito es reemplazarlo por un comportamiento más saludable que satisfaga esa necesidad.


Dejar atrás un mal hábito requiere de tiempo y mucho esfuerzo. La mayoría de los que lo hacen lo intentan más de una vez y fallan antes de que funcione. No dejes que nada de esto te impida alcanzar el éxito.