La ansiedad es un problema común que, cada año, afecta cada vez más a un mayor número de personas, especialmente de manera negativa, ya que puede repercutir en la propia estabilidad emocional de cada individuo.
Pero, por suerte, la ansiedad puede controlarse no sólo a partir de una serie de ansiolíticos naturales que ayudan a tratarla de manera totalmente natural.
Y es que existen una serie de ejercicios para la ansiedad que, precisamente, son útiles a la hora de relajar el organismo y la mente, tratarla y evitar que ésta pueda aparecer de nuevo.
Ejercicios para la ansiedad
Uno de los primeros ejercicios que se pueden recomendar a la hora de buscar y encontrar la relajación, esa es la relajación. Se trata de una técnica natural que beneficia a la persona, siendo muy buena idea practicarla cada día, al menos durante algunos minutos.
Para ello, desde un primer momento se deben tener en cuenta las siguientes pautas básicas:
- Elige siempre un lugar adecuado, en el que sepas que podrás estar tranquilo/a y que nada te podrá afectar en el proceso de relajación.
- En caso de que la relajación la vayas a realizar en tu casa y tengas a más familiares alrededor, diles que no deseas ser molestado/a durante un tiempo determinado.
- Desconecta el teléfono y haz lo posible para que nada te interrumpa. A veces con solo 10 minutos de relajación sin ninguna interrupción puede ser mejor que una hora completa pero con interrupciones.
- Opta por ropa cómoda, evitando aquellas prendas que puedan incomodarte.
- Nunca hagas relajación justo después de comer, sobretodo después de una comida copiosa. Puedes quedarte dormido/a.
Una vez sigas estos pasos, puedes practicar un interesante ejercicio para la ansiedad. Te lo explicamos a continuación:
1) Túmbate sobre una superficie rígida. Eso sí, debes sentirte cómodo/a.
2) Coloca el cuerpo boca arriba. Lo ideal es que coloques las piernas ligeramente entreabiertas, extendiendo los brazos a lo largo del cuerpo.
3) Ahora cierra los ojos y no te muevas, quedándote totalmente inmóvil.
4) En este momento comienza plenamente la propia relajación en sí. Para ello, fíjate en cada uno de tus músculos, concentrando de forma sucesiva tu atención en cada uno de los músculos de tu cuerpo. Trata de relajarte todo cuanto puedas, alejándote de la tensión que hayas acumulado no sólo en los propios músculos, sino mentalmente. Haz lo mismo con tus brazos y piernas.
5) Una vez que los músculos estén en calma, trata de relajar la mente. Una buena técnica consiste en visualizar aquellas imágenes que te gusten y te produzcan placer.
Este artículo se publica solo con fines informativos. No puede ni debe sustituir la consulta a un Médico. Le aconsejamos consultar a su Médico de confianza.