Partiendo de la base de que son muy pocas las personas las que abogan por la violencia a la hora de resolver una discusión, lo cierto es que en muchas ocasiones, sobre todo dentro de la sociedad moderna, debemos tener algunas nociones de defensa personal para poder hacer frente a diferentes altercados. Asimismo, y quizá por la filosofía y el misticismo que envuelve a muchas de estas técnicas de defensa, son también muchas las personas las que las practican de manera recreativa para poder competir con otras personas.
Pues bien, hay que decir que si lo que queremos es aprender defensa, vamos a tener que ser capaces de realizar muchos sacrificios. No solo porque tengamos que entrenar el cuerpo, que seguramente sea una de las partes más importantes, sino porque al mismo tiempo vamos a tener que entrenar la mente.
Una mente que nos obligará a comprender la filosofía de un arte marcial en concreto ya que la gran mayoría de ellas se concibieron como arma defensiva y en ningún caso como arma ofensiva para dañar al adversario. Algo que mucha gente no termina de comprender cuando se embarca en este apasionante mundo.
Sea como fuere, lo cierto es que aprender defensa personal, sea dentro de la disciplina que cada un elija, puede llegar a ser muy beneficioso para nosotros. No solo porque nos obliga a llevar un estricto entrenamiento por lo que nuestro cuerpo y nuestra salud siempre estarán al 100% sino porque también seremos capaces de focalizar nuestros esfuerzos en lo que realmente importa ayudándonos también a afrontar los problemas con una mentalidad mucho más positiva que nos va a permitir, sin lugar a dudas, a resolverlos de la mejor manera posible. Pero todo ello, eso sí, y como hemos dicho al principio, si somos capaces de esforzarnos al máximo casi cada día de nuestra vida.
